Hace quince días que llegó el otoño, la estación más nostálgica, en ella vemos como el paisaje que nos rodea va cambiando hacía unos tonos amarillos y marrones, las hojas de los árboles van secándose poco a poco hasta desaparecer.
Es tiempo de recogida de la fruta que tenemos en Trasona:
Las avellanas
Las manzanas
Los Kiwis
Las uvas
Los figos Miguelinos
Las castañas
En esta época del año se recogen las fabas, que se dejan secar, se mallan, para después escoger y seleccionar, antes de guardar.
En el otoño también recogemos el maíz, antes esto constituía una fiesta en nuestro pueblo, los vecinos se reunían cada día en una casa para esfoyar y enriestrar , porque al ser un trabajo bastante laborioso se necesitaba mucha gente para poder realizar este trabajo de una manera más cómoda y rápida, en esta tarea colaboraban todos, desde los niños hasta los ancianos, los niños y las mujeres esfoyaban y apurarían las panoyas, mientras los hombres las enriestraban para luego subirlas a los hórreos, donde las colgaban.
Era una fiesta más que un trabajo, se contaban historias y se cantaban cantares, era también una ocasión para que los mozos comenzaran a cortejar a las mozas, se colocaban al lado de las que les gustaban, para tener un acercamiento a la hora de que les apurrieran las panoyas.
Hoy en nuestro pueblo casi se ha perdido esta tradición hay muy pocos hórreos con el maíz colgado, esta imagen es de Bardasquera.
Hay algunas tierras sembradas con maíz, pero las máquinas son las que se ocupan de cortarlo y prepararlo para comer los animales.
Antes el maíz se llevaba a moler al molín para hacer papas y boroña, ahora en Trasona desde hace años no funciona el molín.
Pero si hay labor que los vecinos hacían con alegría era llevar las manzanas al llagar, para hacer sidra.
La sidra del duerno, recién pisada era y es la más rica, dulce, resulta buenísima, para mi gusto es una de las cosas más ricas, es un placer tomarla con unas castañas asadas.
En Trasona había unos cuantos llagares, eran famosos los de Villar, el Molin, el de C´Santa, que todavía perdura, aunque hace unos años que Pepe ya no pisa la sidra.
La sidra la embotellaban y se distribuía por los bares y hogares de Trasona y Avilés.
En el llagar de Villar y el Molín se hacían espichas par los amigos, cuentan que en Villar se celbraban fiestas que duraban dos o tres días.
Celebremos la llegada del otoño, aunque tengamos que decir adiós al verano tan estupendo que disfrutamos este año, estos días siguen siendo buenos y con temperaturas altas.
Desde el día 1 de Octubre ya se pueden quemar los rastrojos del huerto, ya podemos hacer fogueras, pero siempre con cuidado y en una zona que no tengamos riesgo de que se extienda el fuego.
Cuando en todas las casas de Trasona había cocinas de carbón, en esta época, se iba al monte por troncos y cañas para hacer astillas o trozos grandes, que luego se colocaban en unos montones bien aireados para que secaran en un sitio al resguardo del agua, para encender durante todo el invierno la cocina.
Entonces pasabas por las quintanas y oías el ruido seco que producía el hacha al cortar la madera encima del picadero, eso siempre ocurría al atardecer, este es uno de mis recuerdos del otoño en Trasona, además de el olor de las chimeneas al quemar la leña y el sabor de la "sidra del duerno", que tomábamos en casa de Manolo Gavitos o de Ca´Santa.
Dentro de poco se comenzarán a hacer los tradicionales amagüestos por todo Asturias. en los colegios y en los pueblos, una tradición que no debe de perderse, asar castañas al fuego y tomarlas con sidra del duermo, todo un placer compartiendo charla con los vecinos esperamos que en Trasona podamos celebrarlo este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario