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domingo, 3 de marzo de 2019

El bar Blanco





Dentro de unos días será inaugurado un nuevo parking en el centro del barrio San Pelayo. 
Se ha construido tras la demolición de un edificio que formó parte de la historia de nuestro pueblo.

Los vecinos más jóvenes sólo conocieron un edificio de tres plantas medio en ruinas y en un total abandono.

La cabalgata de Reyes pasando por el bar Blanco en 2017

Por eso, para los que no supieron ni lo que era y para los que lo conocimos en su pleno apogeo, vamos a recordar la historia del bar y de sus propietarios.

En ésta imagen del principio de los años 50 se aprecia nuestro pueblo antes de ENSIDESA, en la foto, la primera casa con corredor era propiedad de la familia de Pepe y su mujer Otilia, aquí nació su hija Marilís. La casa estaba situada entre la gran finca con la casa de indianos por la derecha (hoy ubicado el edificio de San Pelayo) y a su izquierda, separados por el camino que subía a Villar, estaba "Casa María San Pelayo", que era una tienda de ultramarinos y estanco.


Con la llegada de ENSIDESA, en los bajos de la casa de Ca Irene construyeron un bar, contribuyendo a que San Pelayo fuese el centro de actividad del pueblo. Estaba la iglesia, la tienda-estanco, el barbero y el bar, que más se podía pedir para considerarlo el centro de un pueblo disgregado a lo largo de la carretera que unía Avilés con Gijón y se extendía hasta Los Campos.

El bar  en la nevada de los años 50,  Pepe con camisa blanca posa con algunos clientes,  la niña, es su hija Marilís.

Por el verano, se ponían mesas en el exterior, al lado de la carretera.

El bar estaba regentado por Pepe y su mujer, ayudados por la madre de ésta, María Irene, un personaje popular y casi siempre estaba la hermana de Otilia, Angelinos.

Pepe con Jaime de Ca Modesto en la terraza

Pepe con algunos clientes comiendo en la terraza.

Según nos cuenta Marilís, su madre vio que era necesario dar alojamiento a todos aquellos obreros que llegaban a Trasona para construir y trabajar en la nueva empresa, así que cambiaron totalmente la estructura del edificio, subiendo alturas y construyeron una pensión en los pisos y el bar en el bajo.
Pepe y Otilia, ante el ajetreo del bar y posaderos, decidieron llevar interna a su hija al Colegio Santo Angel de Avilés.

En esta foto,  vemos al fondo a la izquierda el bar y pensión recién construidos

Otilia con Marilís y Antonia, una empleada del bar.

En el bar se colocó un gran futbolín que hacía las delicias de los jovencitos de Trasona, por el verano se sacaba a la terraza.
En aquellos años toda ayuda venía bien. Marilís, también echaba una mano siempre que podía, hasta que se casó en 1967 e incluso después también acudía con su marido Viso para ayudar cuando se necesitaba.

Pepe con algunos clientes.

Otilia, el alma del negocio.


En el interior del bar siempre estaban expuestos los distintos trofeos, en esta foto lo podemos ver  al fondo, en primer lugar dos clientes habituales Panamá y Álvaro, el perro se llamaba Tul.

Marilís con un posadero .

Jugando a la llave. 
Detrás, el actual edificio del bar San Pelayo, bastante distante de la capilla por aquel entonces.

A la izquierda del bar colocaron el juego de la llave, que concentraba muchos adeptos, esto además del futbolín y los retos de ciclismo, hicieron este bar un lugar de encuentro para vecinos y foráneos   durante muchos años.

Estos tiempos fueron de gran bullicio para el bar Blanco y para todos los bares de Trasona, en los años sesenta y setenta en Trasona había muchos y todos estaban llenos.

                                    
El bar blanco pintado por un tío de Marilís en 1984.


Al cabo de unos años, sobre 1972,  Pepe y Otilia dejaron el bar, pero no llegó a estar cerrado ningún día, en el momento que ellos lo dejaron comenzaron a atenderlo  Manolo y Alvarina, un matrimonio de un pueblo cercano a Tineo que ya regentaban un bar en Villalegre desde hacía unos años, tenían dos hijos: Olga y Manolito.
El bar iba bien, Alvarina era una persona carismática y encantadora que trataba a todo el mundo con cariño, llenando el bar de clientes.

Fueron unos años de mucha felicidad para la familia, muy querida por todo el pueblo.

Olga se Casó con Camuel, el hijo de Ángel el carnicero y Conchita, era una pareja perfecta, aquel fue un día muy feliz para las dos familias y para todos los invitados que acudimos a la boda.
Tuvieron dos hijos, Dani y Javier.


Durante unos años Alvarina y su familia,  por su yerno Camuel, acogieron en su casa a muchos futbolistas que acudían de fuera de Asturias para jugar en el ENSIDESA u otros equipos, todos estaban encantados del trato familiar que les dispensaban. Nos lo ha recordado Ana, la hija de Celestina y Paco de la carnicería  "el Gozón", su marido fue uno de aquellos futbolistas que recibieron la buena acogida y de los que se quedaron en Asturias.

Pero todo se fue al traste con la muerte de Alvarina y su hija Olga en accidente de coche el mes de agosto de 1983.
Esto significó el fin  de la familia y el comienzo del declive del negocio, Manolo y su hijo siguieron con el bar un poco de tiempo, pero ya nada era igual.
Después  Manolito y su mujer se hicieron cargo del local,  tuvieron tres hijos, cuando ellos lo dejaron, el bar quedó cerrado.
El edificio fue comprado hace unos años y se mantuvo cerrado, con la llegada de la crisis inmobiliaria  no se construyó nada en este lugar y el edificio se fue deteriorando amenazando derrumbe.
Hace algo más de un mes fue derribado, su dueño lo ha cedido durante un tiempo al Ayuntamiento de Corvera para que se pueda realizar el aparcamiento.


Esperamos que esta entrada haya servido para mantener el recuerdo de aquellos luchadores que ayudaron a pasar muchos momentos de tertulia a los vecinos y foráneos de Trasona.