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sábado, 9 de junio de 2012

Ir a la yerba



En Asturias durante el verano, se recogía y recoge la hierba seca para mantener a los animales durante el invierno.
En Trasona a todo este proceso lo llamamos "ir a la yerba"
Antiguamente los prados se segaban con güadaña, poco a poco, era una labor muy cansada, se hacía por la fresca, bien temprano, se salía de casa al amanecer con la guadaña y una pala de dientes al hombro para pasar toda la mañana segando.
Alrededor de los años 60 empezaron a llegar las segadoras  propulsadas por motores de gasoleo, con un gran peine en la cabecera con hileras de cuchillas en triángulo  que al moverse unas sobre otras iban cortando la hierba, esta es una descripción  muy personal, lo que recuerdo de la segadora de mis tíos, la persona que la lleva tiene que tener gran  destreza y conviene que esté otra  retirando lo que se va segando para que no se atasque la segadora.
Al relatar esta costumbre hablo en presente, porque actualmente todavía hay alguna familia, pocas, que  hacen esto, son las que tienen una o dos vacas. En este vídeo,  rescatado de las películas de Excursiones del catecismo realizadas por Cortina en los años 60, en las que supo recoger  los momentos alegres de nuestro pueblo, se ve a una familia haciendo los bálagos en los años 60 cerca del pantano de la Granda,


Una vez segada,  la hierba se  "desmaraña"  y se extiende por todo el prado para que seque, al día siguiente o a los dos días según el tiempo y si no llueve y esta  seca, se va volteando la hierba, esto se hace sobre el medio día,  con el sol, para que seque bien por todos los lados, y un a vez seca,  sube al prado toda la familia, unos recogen la hierba, otros pradian lo que va quedando y el resto  hacen los bálagos  que pisan los niños para que queden bien formados, durante nuestra infancia nos peleábamos  a ver a quien tocaba subir a pisar los bálagos, teníamos  que apartarnos cuando iban añadiendo hierba encima, para que no nos pinchasen con las palas de dientes, lo pasábamos en grande, yo deje  de pisarlos un día en el que al echar la hierba se cayó de la palada una culebra, eran frecuentes, sobre todo al lado de los bardiales.
 Después de hacer los bálagos  es cuando llega lo mejor, en el prao recién segado,  con ese olor tan especial a hierba seca,  se sientan todos los miembros de la familia a la sombra de un bálago  con los vecinos que ayudaron  y se sacan las tortillas y la carne empanada o los bollinos  preñaos hechos  con los chorizos  de  casa, acompañados con una sidrina o un poco de vino con casera, que cuando no había nevera se ponía al fresco detrás de un bardial o  metidos el agua de alguna fuente que esté cerca del prao.
Los bálagos se dejan en los prados hasta que se siegan todas las fincas, es el momento  de bajarla  en los carros o tractores para hacer las varas de hierba o meterla en las tenadas.


Ahora en nuestro pueblo los pocos ganaderos que quedan, mandan segar sus prados, con maquinas especiales que lo hacen todo siegan, recogen la hierba, hacen unos rollos que luego forran o envuelven en plásticos  para almacenar y servir  de  comida a las vacas durante todo el año,  el olor rico de la hierba seca pasa a un olor fuerte de hierba macerada, dicen los ganaderos que a las vacas les encanta, " será que no tienen olfato".
En la actualidad se celebran dos siegas al año, y ya no importa que haga sol para que seque bien esa hierba.
Los vecinos de Trasona que trabajaban en Ensidesa y tenían cuadra con alguna vaca para ayuda de la familia, dedicaban su mes de vacaciones en la  empresa, normalmente Julio a segar sus prados, alguno compro una maquina segadora y segaba también los prados de los vecinos en esos meses de verano, todo el trabajo era poco para aquellos tiempos tan duros.
Desde nuestro blog queremos resaltar el sacrificio de tantos vecinos de Trasona, que pasaron los veranos segando y recogiendo la hierba a pleno sol, en unos prados que no siempre estaban al lado de casa, para ellos la palabra vacaciones no existía y el verano era la época de más trabajo.

3 comentarios:

  1. Hola:
    Después de mucho tiempo,nuevamente te mando un saludo desde aquí.
    ¡¡¡¡¡Esos momentos tan duros de la recogida de la hierba y esos lugares tan entrañables!!!
    Gracias guapa por tu esfuerzo.
    Un beso.

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  2. Tienes razón Flor,fueron tiempos muy difíciles para mucha gente y ahora todo se hace en el mismo día.Pero se pasaba muy bien toda la familia junta.
    Nos alegra tener noticias tuyas.
    Cuando vengas por aquí, avísanos para tomar un café o una sidrina.
    Un abrazo.

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  3. Así lo viví...tal y como lo has descrito...en mi caso la hierba se guardaba en la tenada de casa y allí viví alguno de los episodios mas rocambolescos de mi infancia al caerme por uno de los agujeros que daban a la cuadra donde las vacas esperaban impacientes su comida...pero eso es otra historia. Un abrazo.

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