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jueves, 4 de agosto de 2016

Maria Teresa Alvarez, una pregonera muy especial.


María Teresa Alvarez, candasína, presentadora de televisión y autora de numerosos libros. En casi todos resalta la influencia de la mujer en la historia, fue la pregonera de las fiestas de San Pelayo de este año 2016.
El último libro publicado por María Teresa, es "La indiana". En él, se refleja la vida en el pueblo de Candás y la necesidad de los adolescentes de buscar un nuevo mundo, donde pudieran hacer fortuna y  sacar a sus  familias de la miseria.
En la novela, se habla de Candás pero podría ser cualquier pueblo de Asturias, incluido Trasona, donde fueron muchos los emigrantes a Cuba, Argentina, Puerto Rico....


Al leer el libro, surgió la idea, pero no nos atrevimos a proponérselo. Hace unos meses visitando en Murcia a Bautista de Casa Menéndez, nos lo comentó y nos dio  ánimos.

Iruchi se puso en contacto con la autora y ella accedió.

Estábamos encantados de que la pregonera de las Fiestas fuese María Teresa Álvarez.

Llegó el día, el sábado amaneció lluvioso, frío y triste, no podíamos creerlo.
A pesar de ello María Teresa brilló en el escenario al lado de Camilo y todos los que estábamos nos quedamos encantados.


Fue un acto entrañable.
Para los que no pudisteis asistir, os  ponemos

                                                                EL PREGÓN.


      Muchisimas gracias a SOFETRA, por haberme invitado a pronunciar el pregón de las fiestas en honor de San Pelayo, Fiestas Indianas de Trasona.

     Siempre es un honor y un motivo de alegría que se acuerden de tí, pero es verdad que cuando quienes lo hacen son personas cercanas, que pertenecen a la misma identidad regional que ti, la satisfacción es mucho mayor. Y si a todo esto añadimos que habéis pensado en mí por mi último libro "la indiana" ya que, según decís, la vida del protagonista masculino de mi novela es muy parecida a la de Manuel Díaz, que es el logotipo de vuestras fiestas, mi alegría es mucho mayor.

      Aunque  en honor a la verdad debo decir que en mi libro, ella, Marina, la protagonista femenina es la indiana y no Silverio.
Ella será  la que vueve rica a Candás, pero bien está que encontréis similitudes en las vidas de Silverio y Manuel Diaz.

      Dicen que la casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiese ocurrido pedir y puede que sea así y que el azar haya querido que algunas personas de SOFETRA leyeran la novela y esa sea la razón por la que hoy me encuentre aquí.

    Sí, ese podría ser un planteamiento válido para quienes así lo piensas.


       Más no debemos olvidar que también hay quienes opinan que no existe casualidad y que lo que se nos presenta como tal, surge de fuentes más profundas. Es posible que así sea y que haber escrito La indiana, el haberme introducido en el mundo de la emigración, el haberme sentido solidaria, con los que un día decidieron abandonarlo todo en busca de un mundo mejor, algo que en Trasona habéis vivido de una forma muy especial, nos haya unido.

      Sí, es muy posible que ese sentimiento compartido, entre vosotros y yo, de afecto y admiración para con los emigrantes haya sido esa "fuente más profunda" que os llevó a pensar en mí.



      Fuera como fuese estoy encantada de participar en vuestras Fiestas en honor de San Pelayo, en vuestra fiesta de Indianos. Una fiesta que ha sido recuperada después de catorce años en los que Trasona esperó uno tras otro con la esperanza de que alguien reaccionara.

     Soy muy consciente de lo triste que resulta para un pueblo verse privado de sus fiestas tradicionales, es como si le amputaran parte de su personalidad.

     Pienso que es fantástico conservar las fiestas que celebraban nuestros antepasados, las sacramentales y patronales conformando esa alegría multitudinaria que a lo largo y ancho de toda la geografía asturiana llena de un bullicioso y  variopinto colorido nuestro hermoso paisaje.

      Vosotros habéis tenido el coraje y la firme decisión de recuperarlas, pero todos sabemos que hay algunos lugares en Asturias, en los que sus fiestas han dejado de existir. Y hoy, sólo los más viejos del lugar recuerdan la afluencia de gente que acudía al pueblo para participar de la alegría local, que ellos manifestaban de una manera peculiar.


      Porque eso si que lo sabemos muy bien en Asturias, donde en cada pueblo, villa o ciudad se sonríe de una forma determinada, con su peculiar manera de celebrar las fiestas.

      Me parece muy bonito que en vuestras celebraciones de San Pelayo dediquéis un recuerdo muy destacado a todos aquellos indianos que año tras año acudían a disfrutar de las fiestas con vuestros antepasados. Lo hacéis vistiendo trajes similares a los que ellos podían utilizar y rendiéndoos en una gran comida de hermandad como ellos hacían. Rememoráis un año más su habitual presencia cuando, después de un largo desplazamiento, acudían al lugar en el que habían nacido para disfrutar junto a los suyos de las fiestas patronales.



      Hay un precioso proverbio alemán que dice: "Tu tierra puede sustituir al mundo; pero el mundo jamás sustituirá a tu tierra".
      O este otro que afirma que; "Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios donde posarse, pero nidos solamente uno; su tierra".

     Por eso nunca se olvidaron de sus lugares de origen, de sus costumbres y tradiciones, de sus fiestas y romerías.


    Vosotros ahora en justa correspondencia los recordáis a ellos, a los indianos. Pero permitidme ampliar un poco ese recuerdo incluyendo a los que lucharon por  serlo y nunca lo consiguieron.

     A los miles de emigrantes asturianos que salieron de su tierra en busca de una vida mejor y no pudieron conseguir su sueño de regresar al pueblo triunfantes.

     Seguro que aquí en Trasona como en todos los pueblos existieron algunos de esos emigrantes que nunca consiguieron alcanzar sus sueños y jamás regresaron a su pueblin a vivir de nuevo la alegría de sus fiestas.

     A esos emigrantes asturianos, que la primera sociedad que crean en La Habana fue la de Beneficencia Asturiana para atender y ayudar a los compatriotas que no conseguían trabajo o estaban enfermos.

      A esos emigrantes que no podían volver a su pueblo pero que nos se olvidaban de sus fiestas y las celebraban como si estuvieran aquí. Porque Asturias, su tierra, nunca dejó de estar en sus corazones.

      A esos emigrantes que crearon los Centros Asturianos como lugares emblemáticos en los que poder sentirse como en casa.

     Me gustaría en este punto hacer un elogio al papel desarrollado por los Centros Asturianos repartidos por toda América. Los Centros Asturianos, esa hermosa realidad que tanto alivio proporcionaron a la población emigrante. Os confieso que cuando me documentaba para escribir La Indiana, me sentía orgullosa como asturiana, al enterarme del comportamiento mantenido por muchos asturianos con sus compatriotas  más desfavorecidos por la fortuna, en la emigración. Seguro que no todos fueron solidarios pero la inmensa mayoría si.

     Claro que solo conozco con un poco de detalle el Centro Asturiano de La Habana, que en 1900 contaba con 50.000 socios. Y que al poco de crearse, su primer presidente, Manuel del Valle, consiguió crear un hospital propio, con tres pabellones, que sería el origen de la Quinta Covadonga, auténtica ciudad hospitalaria y que también adquirieron una importante extensión de terreno en el Cementerio Colón de La Habana para que los asturianos, independientemente de su situación económica y social, tuviesen una sepultura donde ser enterrados y nos fuesen a las fosas comunes.


      Los emigrantes; indianos o no; triunfadores o fracasados, jamás se olvidaron de su lugar de origen, de sus fiestas tradicionales y a pesar de la distancia siguieron soñando con ellas hasta poder ver convertido su sueño en realidad y llegar felices al pueblín de sus amores... Y así lo hicieron año tras año mientras pudieron.

      Pero hubo otros muchos que no lo consiguieron y es a ellos a quienes hoy quiero recordar en estas breves palabras.

      Quiero felicitaros porque en estos tiempos en que todo se trata de imitar, en los que se habla de éxito de algunas noticias virales que nos invaden hasta la saciedad. Unos tiempos en los que el individualismo aparece como "rara avis" y todo se unifica según los patrones marcados por la llamada modernidad, en este contesto quiero felicitaros de corazón porque en Trasona estáis tratando de recuperar vuestras fiestas de siempre. Igual que hicieron ellos, los indianos.

      Un hermoso gesto el vuestro, porque además de resaltar el recuerdo a vuestros antepasados con estas celebraciones, faborecéis el reencuentro de muchas personas nacidas en el Concejo de Corvera que acuden para participar en la fiesta.


       Olvidemos nuestras preocupaciones del día a día y juntémonos para reír, disfrutando de esta tierra y este paisaje en el que hemos tenido la dicha de nacer y vivir. 

Felices Fiestas

Este fue  el pregón, a todos los que lo escuchamos nos encantó por eso queremos compartirlo con vosotros.

La direcitiva de SOFETRA 2014 quiso darle las gracias con un detalle muy sencillo, pero que a ella le hizo mucha ilusión, un cuadro con una acuarela realizada por Manuela Álvarez que hizo espacial para la fiesta de indianos el año pasado, en ella se ve la indiana mirando al mar y soñando con volver a su tierra.


También le regalaron un libro sobre Avilés que acaba de ser editado.

Había unas cuantas personas esperando para que le firmara el libro, cosa que hizo encantada posando con sus lectoras.


Muchas gracias por esa cercanía y el cariño demostrado el sábado de San Pelayo.

Esperamos poder realizar este otoño ese taller de lectura sobre el libro "La Indiana".


Hasta siempre María Teresa.


 

                                           


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