Hoy día de la madre, me gustaría, con vuestro permiso rendir un pequeño homenaje a nuestra madre.
Nació en Gijón, en el Musel, en el seno de una familia numerosa que provenía de Torrevieja, su padre era carabinero y estaba destinado en Asturias.
Con su hermano Antonio el día de su Primera Comunión en la iglesia de Muros del Nalón.
Su infancia y adolescencia la pasó en San Esteban de Pravia, al llegar la guerra, la familia retornó cerca de Torrevieja. Su madre, a la que estaba muy unida, falleció cuando ella tenía 18 años.
Al terminar la contienda, su padre, con una buena situación hasta entonces, fue destituido y privado de su paga, tras pasar un tiempo recluido, eso le costó una gran enfermedad.
La familia retorno a Asturias donde vivía el mayor de los hijos, otros dos hijos se habían exiliado a Francia.
A Caridad, una joven rubia y fina, acostumbrada los últimos años al calor mediterráneo, no le quedó más remedio que ponerse a sacar carbón en pleno invierno de la playa de San Juan de la Arena y trabajar en una fabrica de conservas de pescado.
Poco tiempo después comenzó a cuidar a los hijos de un médico en Avilés, además de ayudar en la consulta del médico.
Caridad con los niños pasando en barca a San Balandrán.
Quiso a esos niños como si fuesen su familia, me consta que ellos y sus padres también a ella, más que empleada, siempre fue considerada de la familia.
Cada vez que el hijo mayor venía a visitarla, con su madre y esposa, cantaban juntos las canciones que ella les había enseñado de pequeños, nos impresionaba que una persona tan importante como él, dando conferencias por todo el mundo, recordase los momentos tan felices que mi madre les hizo pasar.
Conoció a Belisario, un trasoniego, en "La flor del bosque", salón de baile de Trasona, se enamoraron y después de cuatro años se casaron.
Caridad y Belisario en la foto de su boda.
Vino a vivir a Trasona, en la época de más cambio de nuestro pueblo, se estaba construyendo ENSIDESA, se casaron en 1954, acostumbrada a ir de "taconitos" por las calles de Avilés, empezó a usar madreñas como en sus tiempos de adolescente, ir a lavar la ropa al río, con grandes "barreñones" en la cabeza, esquivar las vacas y los mirones que se encontraba en la caleya, camino del río, sacar el agua de la bomba para usar en la casa, cocinar en la cocina de carbón, en fin acostumbrarse a la nueva vida, pero era feliz, nunca se le borró la sonrisa de su boca y de sus ojos azules.
Para tener a sus dos hijas lo pasó mal, tuvieron que hacerle la cesárea para nacer las dos, después de nacer yo lo pasó bastante mal con una infección que cogió en su estancia en el Hospital de Avilés.
Aprendió a trabajar la tierra y a plantar de todo en su huerto de la casa que estaba enfrente del pobladín, patatas, lechugas, fréjoles, ajos, ....
Teníamos gallinas y pollos que nunca queríamos comer cuando los mataba porque nos daba pena.
Cuando la cosecha era abundante repartía con sus vecinos manzanas, lechugas y patatas, de nuestra casa nunca marchó nadie sin ser atendido ni ayudado en lo que se podía.
Si atender la casa, trabajar la tierra, cuidar a sus hijas y marido no fuese poco, además era la encargada de llevar la burocracia de la empresa de nuestro padre.
Caridad y Belisario con sus hijas , su cuñada Carmen y unos amigos en San Justo.
Luchó para que nosotras estudiásemos y pudiéramos conseguir una profesión para no depender de nadie, nos inculcó tratar a todo el mundo como queremos que nos traten a nosotros.
Se quedó viuda muy joven con cincuenta y siete años, nos ayudó a afrontar con valentía esta época con todo lo que supuso, además de la perdida de su marido tener que cerrar una empresa con unos cuantos empleados y una pensión mínima de autónomo.
Después de unos años volvió a ver a su familia de Torrevieja y recordar sus años pasados allí, era feliz cada vez que volvíamos a ver el Mar Menor y el Mediterraneo.
Si hay una pasión que tuvo nuestra madre fue la cocina, le encantaba cocinar, preparaba los callos como pocos, cuando volvían a Trasona los amigos y familiares de nuestro padre que estaban en Cuba, siempre le pedían que los preparase, ella lo hacía gustosa, así como las tortillas y empanadas para todas las fiestas y "ramos" de las casas que hacía su marido.
Le gustaba tener la casa llena de gente y era la perfecta anfitriona, amiga de los jóvenes y cariñosa con los mayores.
Otra de sus pasiones era la mar, le encantaba nadar, ella y Conchita nos enseñaron a muchos niños de Trasona a defendernos en el agua.
De mayor, fue a clase de manualidades, aprendió a encuadernar, pintar cristal, tela, hacer flores, siempre tenía un presente para regalar a sus amistades cuando venían a casa para que la recordaran cuando no estuviese.
Tenemos un libro con sus recetas de cocina, que ella hizo cuando Loli se fue a vivir a Oviedo, muchas las pusimos en este blog.
Desde esta terraza le encantaba mirar al norte pensando en la historia de sus raíces inglesas.
Parlanchina, presumida, vivaz y trabajadora nunca se le puso nada por delante. Siempre recuerdo que cada vez que estábamos de vacaciones, aprovechaba para cambiar los muebles de sitio, ella sola sin esfuerzo pero con "táctica" como ella decía que no le costaba nada.
A ella también le gustaba viajar y conocer los pueblos y sus costumbres, siempre tuvo una mente muy abierta.
Nunca la oímos hablar mal de nadie y siempre encontraba un motivo y una excusa para perdonar.
Sobre todo fue una persona buena y excelente madre.
Se fue hace seis años, pero todavía la sentimos presente en nuestras vidas.
Con esta entrada queremos hacer un homenaje a nuestra madre y a todas las madres de Trasona y un recuerdo muy especial para las que se han ido este año.
Un beso muy fuerte para todas las que este año se han estrenado como madres, enhorabuena y a disfrutar de vuestros hijos.
FELICIDADES MAMA
¡Preciosa entrada, chicas! Un beso para Caridad, allá donde esté
ResponderEliminarGracias Susana. El beso, seguro que ya lo recibió.
ResponderEliminarMuy buen retrato de vuestra madre. Está claro que vosotras habéis heredado muchas cosas buenas de ella. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Caridad quería a muchas personas, pero por María Jesus siempre sintió un cariño especial.
ResponderEliminarMuchas felicidades de Esther y Antonio y gracias por las tortillas que le hizo en el embarazo para la que vosotras pusisteis el nombre Monica
ResponderEliminarSiempre os quiso muchísimo y que ricas hacía las tortillas, eran famosas, todo el que las probaba quedaba enamorado.
EliminarMuchas gracias.
Buena y amplia biografía de esta mujer que fue vuestra madre, enhorabuena por ello
ResponderEliminarNuestro respeto, para esa gran mujer que supo enfrentar la vida de una forma ejemplar, Dios la tenga en un merecido lugar. Un abrazo🇨🇺
ResponderEliminarMuchas gracias, os prepararía sus platos ricos si vinieseis a Asturias, todo el mundo la quería.
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