Ésta es la réplica de una cuadra de la parroquia de Trasona que hicimos para el Belén de nuestro pueblo. Cuando finaliza la exposición, la maqueta vuelve a nuestra casa y permanece durante todo el año colocada junto a otra maqueta de otra casa del Belén debajo de nuestra escalera.
Llevamos días sintiendo como piaban mucho unos pájaros. Habitualmente hay muchos gorriones, pegas, cuervos....Nos fijamos y nos encontramos pájaro y preguntamos a nuestro primo nos dijo que era un colirrojo tizón o raitán carbonero.
Documentándonos, nos encontramos con esto:
"Confiado y audaz, el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) es una de esas aves que escogen de modo habitual la vecindad de los humanos para desenvolver su entero ciclo vital. Se trata de un muscicápido de hábitos originalmente saxícolas, es decir habitante de los loqueros, donde su presencia siguen siendo muy común, desde los acantilados marinos a la alta montaña pasando por las hoces y cañones fluviales. Pero hace mucho tiempo -probablemente miles de años- que decidió que las construcciones humanas no desmerecían como hogar ideal a sus peñascales nativos. Y así hoy en cualquiera de nuestros pueblos y barrios podemos disfrutar de la vecindad de este simpático y cautivador insectívoro que no duda en construir su nido en el interior de cuadras, pajares, garajes, talleres y -si se le permite- incluso de las viviendas".
Pues, una pareja de esta especie decidió anidar en el interior de una "tenada" construida a su tamaño y les seguimos en su proceso de alimentar a sus crías con el celo y cuidado para que no causarles ningún daño.
Intentando no perturbarles y eso que al principio sus piadas eran muy llamativas ya que con mi presencia no podían acercarse a sus polluelos, y tras comprobar que no les iba a hacer ningún daño, procedieron tanto el macho como la hembra a proseguir con su tarea.
En esta foto se puede ver como lleva alimento en la boca y en el interior de la "tenada" se puede apreciar sobre el nido la boca abierta de la cría.
Éste es el macho, mayor que la hembra y más negro. Nuestro primo, gran conocedor del mundo animal, comentó que en invierno su plumaje suele ser muy negro, de ahí su nombre de tizón o carbonero. Ahora ya va aclarando. Tienen tanto el macho como la hembra su cola de color anaranjado y su canto es continuo.
Aquí se puede apreciar como uno es mayor que el otro.
Antes de dirigirse a "su hogar" junto a sus crías, espera y controla. De pronto se encuentra con mi cámara y me observa y creo que me reta. Espera un rato y como no hago ningún ademán amenazante para él ya se pone a buscar más comida y se dirige a "la tenada".
A pesar de los ruidos de la autopista, de la contaminación y del estado de pandemia, la vida sigue y los raitanes carboneros se encuentran felices en nuestra casa y en Trasona.
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