Hoy día internacional de la enfermería nos gustaría recordar a las trasoniegas que fueron enfermeras.
Recogiendo mi titulo de enfermera de manos de Lopez Arranz
Queremos comenzar con Emilia, de Xilvota, que sin tener estudios, ejerció de matrona en Trasona durante muchos años.
Emilia con su hija María.
En la zona baja de Trasona, en la Marzaniella y luego en Fafilán vivía Constancia la Chapa, una mujer alta y desgarbada que también ayudaba en los partos, yo la conocí cuando era pequeña.
Constancia en sus tiempos jóvenes.
Las primeras enfermeras que cursaron sus estudios de Trasona, por lo menos que yo conozca, fueron Pepita la hija de Belarmino, que tenía la tienda en Fafilán y su prima Marisa, estudiaron en el Hospital General de Asturias
Pepita .
Pepita fue enfermera jefe de Silicosis durante muchos años, su prima Marisa fue enfermera de quirófano.
Pocos años después también estudió en el Hospital Olga, la de Garbosa, trabajó siempre en Oviedo, aunque pasó algún tiempo trabajando fuera de Asturias.
Olga de jovencita.
Queremos tener un recuerdo para Cortina, era "practicante" de ENSIDESA, vivía en los Guardados, su madre había sido la maestra de Trasona antes de la guerra.
Cortina con su cámara super ocho grabó las excursiones de catecismo durante muchos años.
Jose María, fue otro enfermero que vivía en la Marzaniella, en casa de capataces al lado del Villanueva.
Estudió enfermería en León, pasó temporadas en Inglaterra, era muy moderno y cariñoso, trabajó en Gijón y en Canarias.
En Gijón se le recordaba por acudir a caballo a trabajar y dejarlo atado en los prados de Cabueñes.
Lo recuerdo en el parque Santa Catalina en Las Palmas, con un gran perro y vestido muy moderno cuando nos reconoció, no podía creerlo.
Se casó con otra enfermera, falleció hace bastantes años.
En los años siguientes se llamaban ATS, Ayudante Técnico Sanitario
Al cabo de un tiempo nos tocó a Ana del Valle, vecina de la Marzaniella y a mí estudiar en la escuela de enfermería de la seguridad social, éramos la segunda promoción de la escuela y nos trataron muy bien, mucho mejor que en la escuela del hospital general, en nuestra escuela había luz, alegría e instructoras jóvenes y serias pero encantadoras.
Tuvimos que pasar unos exámenes muy fuertes para entrar, éramos 2.600 personas para 27 plazas.
El año que aprobé para entrar en la escuela, visité todos los santuarios de los alrededores para pedir enchufe celestial y parece que surgió efecto, lo conseguimos.
Fueron tres años estudiando internas, pagando y trabajando haciendo practicas, sin poder venir a casa nada más que cada quince más, pero salimos muy bien preparadas.
Mientras estudiaba trabajaba dos meses por el verano en quirófano como enfermera pero cobrábamos como auxiliar.
2ª promoción del Covadonga de Oviedo.
Ana se fue a trabajar a Gijón
Yo me quedé en el quirófano de otorrino y maxilofacial de la residencia de Oviedo hasta que se hizo el hospital San Agustín de Avilés, donde trabajé hasta que me jubilé hace año y medio.
Al año siguiente, también en la escuela de enfermería de Oviedo estudió Azucena Menendez, de La Reguera.
Recuerdo en la fiesta de San Adriano en Perdones donde le dije que tenía que presentarse ese año y ella también entro a formar parte de esta profesión.
Azucena trabajó muchos años en hematología del hospital central de Oviedo, donde fue supervisora, todo el mundo estaba encantado con ella como supervisora.
Pidió traslado para un centro de salud de Oviedo donde sigue ejerciendo.
En esos años, pero el viejo Hospital provincial de Asturias también estudió Socorro, de la Marzaniella, Socorro trabajó muchos años en salud mental de Avilés, luego se fue al centro de salud, hace un año que se jubiló.
Otra enfermera de la Marzaniella es Maria Jesús delos Bueis, estudió fuera de Asturias y ejerce su profesión en el laboratorio del hospital San Agustín de Avilés.
No podemos olvidarnos de otros enfermeros de Trasona, Dionisio, de Trasmonte, que trabajó en Cabueñes muchos años y actualmente trabaja en un centro de salud de Gijón.
Dionisio de joven.
Jesús, el el hijo de Angelín el de Santa Lucía, trabaja como supervisor en el área de urología de Avilés.
Todo el mundo lo quiere, compañeros y pacientes.
David Menendez, el hijo de David y Luisa, también hizo enfermería, trabaja en Avilés liberado por el sindicato del SATSE.
En estos años no puedo olvidarme de mi hermana Loli, estudió también en la escuela de la residencia de la Seguridad Social, ella ya no estaba interna, pero también fue duro.
Loli, al terminar la carrera trabajó un tiempo eventual en Gijón, Oviedo y en Avilés, pero no le gustaba mucho porque todo el mundo la conocía como la hermana de Rosi y ella quería ser ella, así que cuando le salió la plaza en Oviedo, nunca pidió traslado.
Trabajó muchos años en urgencias y en la UVI movil, formando parte durante unos años del equipo médico que cuidaba de la comitiva real cuando visitaba Asturias por los premios Principe de Asturias.
Actualmente está en la unidad de arritmias del HUCA.
En los años siguientes la profesión cambió de nombre, de estudios y de selección.
Ahora ya no eran enfermeras eran D.U.E. diplomados en enfermería, la carrera se estudia en la universidad y la selección para entrar ya no es por examen eliminatorio, es por nota de selectividad y exigen nota más alta para hacer enfermería que para casi todas las carreras.
Los antiguos ATS tuvimos que estudiar y hacer exámenes para poder convalidar el título con la diplomatura.
En esta época moderna tenemos a Berta Rivas, vecina del pobladín.
Berta toca en la banda de música de Avilés, toca la gaita y mucho más. pero sobre todo es enfermera.
Berta
Trabajó en Avilés, pero lleva muchos años trabajando en Oviedo en el servicio de hematología.
No podemos olvidarnos de Maite la nuera de Maximina vivía en el Pedrero, y trabaja en Avilés.
De la Marzaniella es Pepa, la hija de Belarmino
Pepa
Pepa trabaja desde hace muchos años en Oviedo en el HUCA, actualmente tiene un puesto importante en el servicio de cardiología.
En Revés hay otra enfermera, Noelia Lombardía, actualmente creo que trabaja en salud mental de Avilés.
Volvemos a La Marzaniella y tenemos dos hermanas, hijas de Encarna y Chumi.
Son Ana y Laura, Ana trabaja en el era y Laura fue compañera mía en quirófano, un cielo de nena, ahora está trabajando en microbiología.
Las dos lo pasaron muy mal cuando al poco tiempo de morir su madre su padre desapareció en Nepal, pero gracias a Dios lo están superando.
Las nuevas generaciones de Trasona siguen dándonos enfermeras.
Mónica es de la zona de Varela, como casi todas las enfermeras de ahora todavía no tiene la plaza y trabajan eventuales un poco de tiempo en distintivos servicios.
Actualmente está con un buen contrato, está en salud mental y está ejerciendo y disfrutando también de mamá con dos preciosidades de niños.
Tenemos otra enfermera joven que se llama Isabel Fernandez Arias, ella es de la zona de Overo. Isabel tiene la especialidad en salud mental.
Este año hay otro enfermero de Trasona, es Francisco Javier Luque Pazos, Fran para los amigos.
Es hijo de Isabel Pazos.
A sus 21 años acaba de terminar la carrera, estudió tres años en Gijón y uno, el tercero, en Tenerife.
Ahora trabaja en el Hospital San Agustin. Esperamos que empiece con tan buena suerte como todos los demás, lo principal es que le guste su profesión, porque es muy dura.
Como dice Isabel Pazos, Trasona es cuna de enfermeras y enfermeros.
Seguro que hay alguna más que no conozco, pero que nos lo diga.
Espero que no me queden muchas enfermeras o enfermeros por recordar, tenemos muchas nietas de vecinos de Trasona que también son enfermeras, Virginia, Elia, Montse, la nieta de Bayona....
Esta entrada homenaje a las enfermeras podríamos haberla hecho hace años, cuando empezó el blog, pero pienso que este es el momento de hacer ese homenaje a todas las enfermeras de Trasona y del mundo, por estos días tan especiales que estamos pasando y el riesgo que están sufriendo muchas veces sin medios para protegerse.
De eso las veteranas sabemos mucho, de todos los nuevos virus que llegaban y no teníamos nada para protegernos contra ello.
Utilizábamos mandiles realizados con fundas de plástico viejas de colchones y batas de tela que calaban todo, nos enfrentamos al sida, pero gracias a Dios, libramos.
Yo de mis años de profesión recuerdo lo mal que lo pasaba cuando me enteraba del diagnostico de algún ser querido o estaba en quirófano viendo que no se podía hacer nada por salvar la vida de algún conocido, mejor dicho a cualquier paciente, era la impotencia de ver que no se podía hacer nada.
También recuerdo todos los momentos buenos cuando nacía algún miembro nuevo en la familia o amigos y allí estaba yo, en la cesárea o animando el parto cuando no dejaban pasar a la familia, eso si eran momentos felices
Ojalá algún día se reconozca esta profesión sacrificada con turnos interminables viendo el sufrimiento de los demás y tratando por todos los medios de aliviar el dolor, ahora todo son aplausos al personal sanitario, pero cuando pase esto, ojalá sea pronto, se necesita hacer un reconocimiento legal y compensatorio por parte del gobierno a las enfermeras, no se puede creer que después de cuarenta y tres años y medio trabajando a turnos y cotizando al máximo, no tengas ningún coeficiente reductor y te quiten dinero si te jubilas un poco antes como me sucedió a mí.
GRACIAS ENFERMERAS POR HACER LA VIDA UN POCO MEJOR.